Archivo | julio, 2013

Siete claves que convierten al Papa en un líder

28 Jul

PapamovilSi tuviéramos que elegir a una persona para dirigir una organización mundial, expuesta constantemente a los medios y sometida a tensiones internas, lo último que haríamos es designar a alguien de 76 años. La edad del Papa Francisco, que ha recibido un baño de masas estos días en Brasil. A la hora de entender la fuerza comunicativa de este obispo de Roma cabe resaltar siete características que refuerzan su liderazgo:

1- Empatía. «Cristo promete más que una Copa del Mundo». Es una de las frases que pronunció en la Playa de Copacabana, en la noche de vigilia previa a la Misa central de la Jornada Mundial de la Juventud. A la hora de hablar a los jóvenes, este Papa ha sabido adaptarse a sus ilusiones y sus vivencias personales. Y si hay algo en Brasil que une a todo un país y con lo que todos se identifican es con una Selección cinco veces campeona del Mundo de Fútbol.

2- Humanidad. La preocupación por los pobres, por los más necesitados se ha palpado en su visita a una de las mayores favelas de Río de Janeiro. Como él no deja de recordar, ha ido «a la periferia» de las ciudades. Y sobre todo, no se pone como ejemplo de nada y les dice a los jóvenes que miren a Cristo y «recen por mi». Los jóvenes se identifican con alguien cercano, que no se cree perfecto ni mira a nadie por encima del hombro.

3- Sentido del humor. Es algo que saben los mejores publicistas del mundo. El sentido del humor es uno de los instrumentos más poderosos de comunicación. La sonrisa de este ‘abuelo’ de 76 años transmite paz y serenidad. Y ya desde el avión en que voló de Roma a Brasil hablaba de los periodistas que viajaban con él como «leones muy poco fieros». Antes de admitir un mensaje, es preciso confiar en el mensajero.

4- Nuevos conceptos para viejas ideas. «La cultura del descarte». Es un término que ha acuñado este Papa y que refleja una realidad poco solidaria. Lo explica él mismo: «Se ha abierto paso una cultura de la exclusión, una ‘cultura del descarte’. No hay lugar para el anciano ni para el hijo no deseado; no hay tiempo para detenerse con aquel pobre en la calle». Las ideas son las de siempre, fieles al Evangelio, pero la expresión se renueva.

5- Autenticidad. Intentar dar una imagen impostada termina arruinando cualquier comunicación. Si algo demuestra este obispo de Roma es coherencia. Cuando habla de acercarse a los más necesitados y de vivir de forma humilde y austera es porque lo ha practicado toda su vida. Un sacerdote que cuando era obispo de Buenos Aires viajaba habitualmente en ‘el colectivo’, dejando aparcado el coche oficial.

6- Exigencia. Lejos de adular a la multitud o tratar de congraciarse con los jóvenes, el Papa Francisco insiste en reclamar sacrificio: «Les pido que sean constructores del futuro, que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, no balconeen  la vida, métanse en ella. Jesús no se quedó en el balcón, se metió. No balconeen la vida, métanse en ella como hizo Jesús.  Sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezamos? ¿A quién le pedimos que empiece esto? ¿Por dónde empezamos?  Una vez le preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que había que cambiar en la Iglesia, para empezar, ¿por qué pared de la Iglesia empezamos? ¿Por dónde le dijeron, madre, hay que empezar? Por vos y por mí, contestó ella. Tenía garra esta mujer, sabía por donde había que empezar».

7- Compromiso. Este Papa huye de la superficialidad y presenta un mensaje de compromiso alejado de la hipocresía:  «Yo sé que ustedes quieren ser buena tierra, cristianos en serio, no cristiano a medio tiempo, no cristianos ‘almidonados’, con la nariz así que parecen cristianos  y en el fondo no hacen nada, no cristianos de fachada. Esos cristianos que son pura facha, sino cristianos auténticos».

@AntonioOlivie